Halloween: cuál es el origen de la «noche de brujas» Redacción octubre 31, 2018 Actualidad Las brujas y las calaveras toman las calles de muchos países en Halloween o «noche de brujas». La centenaria tradición mezcla hogueras, embrujos, calabazas y caramelos y una tenebrosa historia con los “Druidas” y el satanismo. Más Magazine le brinda este artículo para que usted conozca todo acerca de la historia del Halloween y así pueda comprender mejor su significado y como ha ido variando con los años. Los fantasmas volarán desde las tumbas, los vampiros saldrán de sus sarcófagos llenos de telarañas y los extraterrestres, de sus platillos. También se pasearán los monstruos, las hadas, los superhéroes y toda clase de disfraces que la imaginación o la economía permitan esta noche en las calles de EE.UU y América Latina, entre ellas Costa Rica, donde su festividad se ha trasladado a los bares y ha pasado a ser más de adultos que de niños. Así se celebra en Costa Rica el Halloween desde hace algunos años. El enfoque se ha trasladado a los bares. Es la fiesta de Halloween o «noche de brujas», la conocida celebración estadounidense que cada año gana más adeptos en todo el mundo. Las casas decoradas de formas «terroríficas», los niños prometiendo «trucos» a los que no les regalen caramelos y las reuniones de jóvenes y adultos hasta la madrugada con bebidas y máscaras son solo parte de uno de los festejo más conocidos de la actualidad. En realidad, los orígenes de la tradición se pierden en el tiempo y se mezclan con religión, historia, mucho de paganismo y mucho -muuucho- miedo (en realidad ninguno, pero es Halloween). Estas son algunas claves para que entiendas qué hay detrás de la «terrorífica» celebración y su historia. ¿Por qué se llama Halloween? Las raíces de Halloween no están realmente en Estados Unidos, sino en Reino Unido. Su nombre proviene de una frase inglesa «All Hallows’ Eve», lo que se traduciría como víspera de todos los santos. La Iglesia católica instituyó como una de sus celebraciones el «Día de todos los santos», en honor de los que «gozan de la vida eterna en la presencia de Dios» y que no aparecen en santorales o no se conoce su nombre. Las hogueras son otro de los símbolos de la celebración. Hasta el siglo XVI, la noche previa a esta celebración se realizaba un servicio de vísperas y de ahí el nombre del festejo. ¿Cómo se convirtió en un ‘día de miedo’? Los historiadores del siglo XVIII ya habían vinculado Halloween a un antiguo festival pagano: un ritual celta denominado Samhain que celebraba el fin de verano y la llegada de los días cortos y fríos del otoño. Samhain duraba tres días y comenzaba el 31 de octubre. Según algunos académicos, era un tributo al «Rey de los muertos». La celebración está asociada a un antiguo culto pagano de los celtas. Estudios más recientes establecieron que las hogueras y una celebración de buenas cosechas eran también características del festejo pagano. Pero esta teoría se basa en escasas evidencias y algunos historiadores han señalado que la celebración fue cambiando de región a región, de país en país y, entre muda y muda, alteró incluso su sentido. En el siglo VIII, hubo un punto de inflexión: el papa Gregorio III cambió la fecha original del «Día de todos los santos» del 13 de mayo al 1 de noviembre. No está claro si el movimiento, que también hizo obligatoria la celebración religiosa para todos los católicos, fue un intento de «cristianizar» Samhain. Lo cierto es que esa movida unió ambas celebraciones y mezcló tradiciones paganas y cristianas. ¿Cuándo se convirtió Halloween en la celebración que conocemos ahora? Tomó forma entre 1500 y 1800. Las hogueras eran muy populares entonces: se usaban para quemar la paja (recordemos que Samhain celebraba el final de la temporada de cosecha), pero también como un ritual para «repeler» la brujería y las enfermedades. Otra tradición eran los ejercicios de futurología y adivinación: la gente predecía el nombre de los futuros socios e incluso la fecha en la que morirían. La utilización de la bola de cristal data desde las tribus célticas que habitaban en la isla de Gran Bretaña desde el año 2.000 A.C. y fueron unificadas por parte de los druidas Esos rituales de adivinación tomaron muchas formas diferentes. Las calabazas se volvieron parte de las celebraciones en Estados Unidos. Un repollo extraído del suelo podría dar pistas sobre el trabajo o la personalidad del futuro socio. También se «leían» las cáscaras de la nuez. La comida era un componente importante de las celebraciones y uno de los hábitos más característicos involucraba a los niños que iban de casa en casa cantando rimas o rezando por las almas de los muertos. A cambio, obtenían pasteles que representaban la liberación de un alma del purgatorio. ¿Cómo llegó la celebración a Estados Unidos? Durante la Gran Hambruna (1845-49) en Irlanda, que en ese entonces formaba parte del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, más de un millón de personas emigró a Estados Unidos. Se llevaron consigo su historia y tradiciones, y no es coincidencia que las primeras menciones de Halloween en territorio estadounidense aparecieran poco después de ese éxodo. En 1870, por ejemplo, una revista para mujeres publicó un artículo que describía a Halloween como un «día festivo inglés». El maíz y los espantapájaros también forman parte de la tradición. Inicialmente, la versión estadounidense era muy similar a la del campo británico. Pero hubo algunas adiciones cruciales, como la introducción de espantapájaros en las decoraciones: el maíz era un cultivo crucial en la agricultura estadounidense. Hubo otros, como la clásica frase de «trato o truco» de los niños o el uso de las calabazas (la tradición británica era tallar nabos). De acuerdo con algunos historiadores, la celebración cobró auge después de la Segunda Guerra Mundial, cuando terminó el racionamiento de alimentos. ¿Qué pasa con el Halloween moderno? Hoy en día, Halloween es el día festivo no religioso más grande de Estados Unidos: de hecho, superó al Día de San Valentín y la Semana Santa como el período pico para las ventas de chocolate en 2010. A lo largo de los años, se ha exportado a otros países, muchos de ellos en Latinoamérica. Pero también ha tenido sus momentos escabrosos y no solo por los disfraces. En 1964, Helen Pfeil, un ama de casa estadounidense, regaló caramelos envenenados a niños que ella consideraba «demasiado viejos para el juego». Afortunadamente, no hubo víctimas, pero el episodio fue la génesis de varias leyendas urbanas sobre «golosinas contaminadas» que perdura hasta hoy. Versión controversial de esta festividad Según se recopila la historia, por cientos de años antes de Cristo, los celtas habitaron en lo que ahora es Francia, Alemania, Inglaterra, Escocia e Irlanda. Los sacerdotes celtas eran llamados druidas. Este pueblo fue conquistado después por los romanos. La información acerca de los celtas y druidas proviene de César y de historiadores romanos, de escritos griegos que datan aproximadamente del año 200 a.C., y de registros antiguos encontrados en Irlanda. Los escritos griegos y romanos acerca de los druidas describen extensamente sus frecuentes sacrificios humanos barbáricos. Los textos irlandeses antiguos dicen poco respecto a sacrificios humanos, pero explican en detalle el uso que los druidas hacían de la magia para causar tormentas, maldecir lugares, matar por medio de hechizos y crear obstáculos mágicos. Sacrificios Humanos Davies, sin embargo, un escritor del siglo XVI que estudió su linaje familiar y descubrió que se remontaba directamente a los sacerdotes druidas que pelearon contra César, describe claramente los sacrificios humanos que realizaron sus ancestros y los sacrificios secretos que aún llevaban a cabo regularmente los druidas de su tiempo. Por el año 47 d.C., Roma finalmente derrotó a los druidas en Inglaterra y prohibió los sacrificios humanos. Los pocos druidas que quedaban se ocultaron. Actualmente un grupo creciente de personas que declaran ser descendientes directos de los druidas, aún practican su religión, incluyendo el sacrificio humano. Aquellos que viven en Inglaterra todavía celebran ceremonias en Stonehenge. Stonehenge es un monumento megalítico construido entre el final del Neolítico y principios de la Edad del Bronce, situado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire, Inglaterra El 1 de Noviembre era el Año Nuevo de los Celtas Los druidas celebraban el 31 de octubre con sacrificios humanos y un festival para honrar a su dios sol y a Samhain, el señor de los muertos. Creían que las almas pecadoras de los que habían muerto durante el año estaban en un lugar de tormento, y serían liberadas sólo si complacían a Samhain con sus sacrificios. Monjes Fascinados por los Druidas Los registros irlandeses cuentan de la fascinación que sentían los monjes católicos por los poderosos druidas, quienes pronto se convirtieron en miembros importantes de sus monasterios. El papa Gregorio el Grande decidió incorporar el feriado de los druidas a la iglesia. El proclamó: “Ellos ya no deberán sacrificar animales en honor al diablo, pero pueden matarlos a fin de obtener alimento para la gloria de Dios, y dar gracias al Dador de todos los dones por su provisión”. El papa Gregorio III trasladó la fiesta eclesiástica del 31 de octubre al 1 de noviembre, y lo llamó Día de Todos los Santos. El papa Gregorio IV decretó que ese día fuera observado por la iglesia universal. El término Halloween deriva de All Hallows Eve (Noche de Todos los Santos). Los fundadores de los Estados Unidos no permitieron que se celebrara ese día porque sabían que era una festividad pagana. Fue alrededor de 1900 cuando Halloween llegó a celebrarse en forma más generalizada en los Estados Unidos. En la década de 1840, una terrible escasez de papas en Irlanda causó la llegada de miles de irlandeses católicos a Norteamérica. Ellos llevaron esa práctica consigo. La costumbre moderna de ir de puerta en puerta para pedir alimentos y dulces se remonta al tiempo de los druidas. Ellos creían que mientras las almas pecadoras y perdidas esperaban su juicio, Samhain las liberaba en la tierra por una noche, el 31 de octubre. Se creía que esas almas llegaban juntas a las casas de las personas, quienes esperaban con un banquete sobre la mesa. La gente temía a esos espíritus y creía que podían lastimarlos, y aun matarlos, si los sacrificios que les ofrecían no apaciguaba a Samhain. A fin de mantener a los espíritus lejos de las casas, las personas tallaban caras demoníacas en calabazas y nabos grandes, y ponían velas adentro. La tradición de recoger manzanas con la boca y regalar nueces fue una adición romana a la víspera del Año Nuevo de los druidas. Los romanos adoraban a Pomona, la diosa de la cosecha. Por tanto, combinaron la celebración de Halloween con su festival de la cosecha en honor a Pomona. No se ha encontrado mucha evidencia arqueológica de los druidas, pero los documentos romanos concuerdan con los documentos irlandeses. Ambos declaran que el conocimiento de los druidas nunca se puso por escrito, sino que lo transmitieron de generación en generación como enseñanza oral. Esto lo hicieron para proteger sus secretos. En sus escritos, Davies afirma que recibió mucha crítica de su familia por haber escrito la información que él tenía acerca de los druidas. Lo mismo sucede hoy. Nada se pone por escrito. Los druidas conservan secretamente muchas de las mismas tradiciones. El satanismo ha reconocido que estas fechas tienen un gran valor para ellos y su culto. No es accidente que en los Estados Unidos algunos pongan navajas para afeitar, drogas, veneno, agujas, etc. en los dulces que dan a los niños. Los testimonios de varios ex satanistas han mostrado que los niños heridos y asesinados con esos “dulces” son sacrificios a Satanás (o Samhain). Los satanistas continúan realizando sacrificios humanos en Halloween. John Ramírez, ex satanista. Otro dato es el que vemos lo que han dicho líderes satanistas, como es el caso de quien fue el fundador de la Iglesia de Satanás, Anton LaVey: “Estoy feliz de que los padres cristianos dejen a sus hijos adorar al diablo al menos una noche al año. Bienvenido a Halloween” Referencias: Celebrations – The Complete Book of American Holidays, Robt. J. Myers, (Doubleday & Co., 1972). The Famous Druids, A. L. Owen, (Clarendon Press, Oxford, 1962). The American Book of Days, George William Douglas, (H.W. Wilson Co., 1948). The Two Babylons, Rev. Alexander Hislop, (Chick Publications, 1998).