Científicos han descubierto que hace unos 500 millones de años la frecuencia de giro era de 26 veces cada millón de años.

Imagen ilustrativa.

Un grupo de científicos ha descubierto que los polos magnéticos de la Tierra pueden invertirse mucho más a menudo de lo que se pensaba, según un artículo publicado el pasado 20 de septiembre en Earth and Planetary Science Letters.

El equipo, formado por miembros de la Academia de Ciencias de Rusia y del Instituto de Física del Globo de París, recolectó muestras de sedimentos de un afloramiento en el noreste de Siberia. Tras calentar a temperaturas extremas las partículas magnéticas que contenían para desmagnetizarlas, descubrieron su correspondencia con la del campo magnético en el momento y el lugar en que fueron depositadas.

Tomando como punto de referencia la edad de los fósiles de trilobites hallados en dichas capas, pudieron determinar que hace unos 500 millones de años el campo magnético del planeta se invertía aproximadamente 26 veces cada millón de años.

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De acuerdo con Yves Gallet, autor principal del estudio, este dato es «extremo», teniendo en cuenta que es la frecuencia más alta jamás sugerida. Hasta ahora se consideraba que 5 giros por cada millón de años era una cifra elevada. Asimismo, este científico detalló que es «igual de interesante» el hecho de que hace 495 millones de años la frecuencia de inversión del campo magnético terrestre se redujo muy rápido, pasando a girar solo una o dos veces cada millón de años.

Los expertos señalan que todavía no está claro qué provocó este «cambio repentino», aunque se ha sugerido que podría ser la consecuencia de una variación en las condiciones de calor del núcleo externo de hierro líquido impulsado por el manto.

La última inversión de la polaridad magnética de la Tierra ocurrió hace unos 780.000 años. Ante el temor de algunos de que esto vuelva a repetirse pronto —lo cual haría que la radiación solar dañina nos alcance—, Gallet concluyó que este fenómeno «no ocurrirá mañana», ya que estima que la frecuencia actual es de «al menos varios millones de años».

 

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