Los ingresos por el iPhone cayeron en el trimestre fiscal más reciente de la gigante de Cupertino, mientras que sus ventas por servicios como el App Store y iCloud rompieron récords.

Una lectura fácil de los resultados financieros de Apple en el trimestre que acabó el 30 de marzo de 2019 diría que la gigante de tecnología se está transformando de una empresa de hardware a una de servicios, como lo han hecho otras  — Microsoft viene a la mente.

Sin embargo, a pesar de que sus ingresos por servicios — que incluyen desde el servicio de la nube iCloud hasta la venta de apps en el App Store y películas en iTunes  — rompieron récords en el periodo, sumando US$11,561 millones, el iPhone aún representa más del 50 por ciento de sus ingresos.

El problema es que los ingresos por concepto de venta del iPhone cayeron 17 por ciento frente al mismo periodo del año anterior a US$31,051 millones. Por ende, los ingresos totales de Apple cayeron 5 por ciento en el trimestre, a US$58,015 millones. (En lo que puede ser un consuelo para algunos, los analistas esperaban menores ingresos: de US$30,500 millones, según Bloomberg; la acción de Apple cayó casi 4 por ciento en las operaciones tras el cierre del mercado).

La caída no fue mayor gracias al alza en los ingresos por servicios, ventas del iPad, wearables, accesorios y productos del hogar. Tan solo las ventas del iPad subieron 22 por ciento año sobre año, «nuestro crecimiento más fuerte en iPad en seis años», dijo Tim Cook, el presidente ejecutivo de la empresa.

La categoría de wearables, hogar y accesorios — que  incluyen el Apple Watch y la bocina HomePod  — se incrementaron en 30 por ciento en el periodo, a US$5,100 millones.

Pero cuando se trata de Apple, el foco siempre está en su dispositivo estrella, el iPhone. Entre los retos recientes para este producto está una seria ralentización en ventas en China (-21 por ciento en el lapso) y el rechazo de los consumidores al alto precio de algunos de los modelos del iPhone XS, que puede costar hasta US$1,500.

A eso se suma que los usuarios no están cambiando sus dispositivos tan seguido, sobre todo los que cuestan US$1,000 o más. En noviembre de 2018 la empresa dijo que ya no compartiría el número de unidades vendidas de sus productos — incluyendo el iPhone, que vio sus ingresos crecer pero la venta de unidades disminuir con el lanzamiento del iPhone X, el primer teléfono de la línea en costar US$1,000.

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