Cuando algo es gratis es porque tú eres el negocio Redacción marzo 6, 2019 Entrepeneur, Negocios La gente quisiera que todo fuese gratis, que no le cueste; incluso, hay personas que, con tal de no pagar o de que algo les sea regalado, se hacen los ‘pobrecitos’. Los ves en los programas sociales del gobierno; Por ejemplo en Perú, tiempo atrás un diario de circulación nacional informó que un alto índice de adolescentes de las zonas más deprimidas del país, se embarazaban conscientemente para poder acceder a Juntos, un programa a través del cual el gobierno ayuda con 100 soles mensuales a las mujeres gestantes más necesitadas. Hay otro programa del gobierno llamado Pensión 65, cuyo objetivo es llevar asistencia a los adultos mayores que vivan en una situación extrema. Informes periodísticos han dado cuenta que hay gente de 40 o 50 años, sanos y en buen juicio, que falsifican papeles para subirse la edad y poder recibir ese beneficio. Quiero hacerme entender: No estoy en contra de los programas de asistencia, estoy en contra de la pobreza mental. Estoy en contra de que la gente se haga la pobrecita, estoy en contra de que, en lugar de exigirse más, se hagan las víctimas. La pobreza trae más pobreza. Si tú quieres prosperar, si quieres triunfar, debes entender que NO HAY NADA GRATIS. Que en el mundo real todo es intercambio de valor por valor. Este tipo de pobreza mental termina disminuyendo nuestra capacidad. Es engañosa porque nos hace caer en el conformismo. No nos reta, nos adormece. Cuando hay una campaña electoral los candidatos regalan cosas y ahí tienes a la gente haciendo colas para recibir una cajetilla de fósforo, una gorra, un almanaque, un lapicero. TODO PORQUE ES REGALADO. Esta cultura de pobreza mental la escuchas hasta en las bromas: hay personas que bromean diciendo “vamos a comer, yo invito, tú pagas.” Otros te lanzan una advertencia: “esta vez yo invito, la próxima ya pones tú.” Incluso hay gente que en sus redes sociales postea imágenes con frases del tipo: “Te invito a ser feliz, es gratis.” No, no es gratis, ser feliz es una decisión… sin embargo, usamos la palabra gratis porque en el fondo lo gratis atrae, lo gratis vende, lo gratis suena bonito, lo gratis no exige nada. Todos deberían entender que cuando algo es gratis, es porque tú eres el negocio. No nos gusta pagar; no nos gusta estar en posición de DADORES. Nos olvidamos que en una relación el mayor beneficio está en dar, no en ser un simple “recibidor”. Recuérdalo: el mayor beneficio está en dar, no en recibir. ¿Por qué no nos gusta pagar? ¿Por qué no nos gusta dar? Hay varias teorías, pero una parece tener más sentido: “como ganar dinero me duele, soltarlo también me duele.” Es un sentimiento de escasez: “como me lo he ganado con el sudor de mi frente, como me he sacado la mugre, entonces cuido mi dinero.” Quiero que por favor note eso: la gente no administra el dinero, lo cuida. Entonces se vuelve pesetera. No paga con amor, sino con dolor. Por eso cuando una persona tiene cultura de pobreza siempre vive peleando con el dinero y esboza o refleja esa cultura con expresiones del tipo: “me ha costado un ojo de la cara.” Son negociadores de la pobreza. ¿Ha visto cómo compra la gente que tiene mentalidad de pobreza? Cuando preguntan por algún producto y el vendedor les dice el precio, de inmediato ellos preguntan: ¿Nada menos? Ellos viven pidiendo menos y, en consecuencia, la vida les da menos. Ya lo dicen las escrituras: “pidan y se les dará.” Esta cultura también la ves en los negocios multinivel: en muchas empresas de redes de mercadeo te dicen “viaja gratis”, “te llevamos gratis por el mundo.” Señores, eso es mentira: ellos te llevan con tu dinero. Ese viaje lo financian con el volumen que mueves. Financias el viaje con tu esfuerzo…no es gratis. Si eres un empresario lo tienes que saber: a los empresarios no les regalan nada, los empresarios regalan cosas. Y tú eres un empresario. Pero no, algunos líderes juegan con la palabra <gratis> porque jala gente. Porque para fines de marketing es más fácil y más rentable. La pobreza hay que superarla en la mente. Lo que debemos hacer es escucharnos. La persona a la que usted más escucha, es a usted mismo. Sus pensamientos tienen poder, igual sus palabras.Le voy a poner un ejemplo más que refleja la pobreza mental: imagine que usted pone un negocio. Imagine que vende zapatos. Es muy probable que pronto se le acerque alguna de sus amistades preguntando por algún modelo y le diga: < ¿Y a cuánto para los amigos?> Mucha gente usa la amistad como un recurso de pobreza: como somos amigos, me tienes que cobrar menos. ¿No cree debe ser al revés? ¿No cree que más bien hay que apoyar a los amigos que están empezando el negocio? El profesor Joseph Murphy escribió que “así como el cuerpo enferma cuando la sangre no circula libremente, así nuestra economía empeora cuando el dinero no circula libremente.” El dinero debe fluir, debe ir y venir… y no hay que derrochar, sino de administrar. Se trata de pagar con justicia. De dar cuando se puede dar. Pero no DAR desde lo que sobra, sino desde el merecimiento. Te doy no porque me sobra, SINO PORQUE LO MERECES. Le voy a poner un último ejemplo: ¿Se ha dado cuenta que hay personas que van a un restaurante y cuando les sobra comida se la llevan para el perro? Piden un taper o una bolsa y se llevan la comida para la mascota. Y todavía dicen que quieren a su perro, que ese perro es como de su familia. Es como de su familia, pero le dan lo que sobra. No lo que merece. Es la economía de las sobras: nos gusta ahorrar con los desperdicios, en lugar de exigirnos más para darnos los que nos merecemos o para ser dadores abundantes. Dice la palabra: “Den, y se les dará…” “…Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes,” No camuflemos la pobreza, hay que acabar con ella: de raíz, en la mente. Porque como es tu forma de pensar, así es tu vida.
